Antes Muerta Que Convicta


Carolina cumple trabajos sociales limpiando teatros tras pasar varios meses en la cárcel. El que sigue dentro es su marido don Mauricio (Mauri), un empresario de altos vuelos que parece haber caído en desgracia desde su polémico matrimonio.


Carolina (al igual que su hermana, la viuda Patricia) dejó su pueblecito de Huelva para triunfar en Madrid, aunque su objetivo era muy diferente: casarse con un hombre rico. Una vez conseguido y tras un breve matrimonio, su vida da un vuelco y ambos se ven en la cárcel. Cuando ella es puesta en libertad y también se ve libre de la vigilancia de Mauri, se plantea su verdadero objetivo: entrar en un concurso de la tele. Más motivada que nunca se presenta al casting.


Siguiendo en la línea de la existosa “Mejor Viuda Que Mal Casada”, la función lleva un ritmo trepidante de gags, reflexiones absurdas y situaciones disparatadas que provocan el momento perfecto para desmenuzar con humor la vida en pareja y sus complicaciones, las eternas diferencias entre hombres y mujeres que suelen ser motivo de trifulca, la importancia de luchar por los sueños y las neuras que todos vivimos en el día a día, demostrando que no tomándonos tan en serio y sabiendo reírnos de nosotros mismos, la vida es un puro chiste.


Con la colaboración del cómico Salomón (Paramount Comedy, Corta el Cable Rojo…), y de la actriz y directora Pepa Rus (Aída, Gym Tony, Lifting, Microteatro…), Beatriz consigue un monólogo vertiginoso a golpe de gags, imitaciones, chistes e inesperados flashes musicales, y sobre todo, carcajadas. También hay un pequeño espacio para la ternura y la verdad cuando la actriz habla al público con el corazón en la mano de cómo ha cambiado su vida y sus prioridades según ha cumplido años, un pequeño inciso de verdad y reflexión para retomar rápidamente el personaje que le ha traído hasta el teatro y arrancar carcajadas continuas que, al fin y al cabo, es lo que la función pretende: hora y media de risas y diversión NON-STOP.